¿Qué técnicas innovadoras de biotecnología se están utilizando en la planta de Cannabis sativa para mejorar sus características medicinales?
El comienzo del uso médico de la planta Cannabis sativa (C. sativa) se remonta a miles de años atrás. Se puede observar la aplicación del cannabis medicinal en códices de la antigua China (2727 a. C.). Su empleo médico-terapéutico también se encuentra en etapas milenarias de las culturas india, persa y romana, entre otras, donde se utilizaba el cannabis para aliviar diversos malestares como la gota, el reumatismo, el síndrome premenstrual e infecciones, como la malaria.
En el vibrante campo de la investigación biomédica, la evolución de técnicas biotecnológicas está transformando la manera en que entendemos y utilizamos esta planta, que tantos años lleva empleándose con fines medicinales. Dentro de estas investigaciones podemos observar avances a varios niveles, como el descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas para las moléculas que produce la planta, así como mejoras genéticas de la C. sativa, e incluso novedades en las técnicas de cultivo.
En cuanto a los avances en el empleo de técnicas biotecnológicas aplicadas a la planta del cannabis, cabe destacar el uso del sistema Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats (CRISPR), una técnica genética que permite la modificación del genoma de organismos vivos. Gracias a ella, es posible introducir mejoras en el genoma vegetal de la C. sativa, así como eliminar factores que no sean de interés terapéutico. De este modo, se pueden obtener plantas con mayor resistencia a enfermedades, cambios en la arquitectura de la planta o variaciones en los niveles de moléculas de interés farmacológico, como son los cannabinoides, terpenos y flavonoides. Se trata de una tecnología en constante avance, no solo en la C. sativa, sino en una extensa variedad de plantas, descubriéndose nuevas aplicaciones casi a diario.
Por otra parte, se han producido una serie de avances claves en el cultivo de tejidos y su posterior regeneración. Este es un paso fundamental para la ingeniería genética de la planta C. sativa, ya que es una fase crítica para establecer un sistema transgénico eficiente y consolidado. En concreto, esta variedad vegetal es una de las más recalcitrantes a la transformación genética y a la regeneración. Los avances en el cultivo de tejidos permiten generar líneas estables de plantas transformadas con las adecuaciones genéticas de interés, reprogramando las células somáticas de la planta en meristemas, responsables del crecimiento vegetal.
Esta investigación con base biotecnológica podrá proporcionar nuevas herramientas a la biomedicina en su búsqueda de terapias para las distintas enfermedades que enfrenta el ser humano, enfermedades que siguen emergiendo debido a continuos cambios en factores como la longevidad.
Sin embargo, cabe mencionar la ralentización de todos estos avances debido a la inexistencia de un sistema correctamente regulado tanto para la investigación con el cannabis como para el empleo de Organismos Modificados Genéticamente (OMG). Estos han sido censurados, especialmente por la prensa y por entidades que, sin conocimiento en la materia, han generado una visión negativa de este gran avance biotecnológico. Los avances en la investigación biotecnológica son necesarios para poder estudiar a fondo la C. sativa, de la cual solo conocemos la superficie y aquellos compuestos básicos (como el CBDA y el THCA) que se encuentran en grandes cantidades. Sin embargo, esta planta alberga mucho más que esto; debemos tener claro que se trata de una fábrica de moléculas de alto interés terapéutico, que debemos explotar al máximo.