La composición fúngica del fitobioma del C. sativa, es decir, el micobioma, consta actualmente de más de 100 especies de hongos. Los más frecuentes son Aspergillus, Penicillium, Fusarium y Mucor spp. Las interacciones del micobioma con las plantas de cannabis y cáñamo pueden dar lugar a interacciones beneficiosas, neutras o perjudiciales. Igualmente ocurre a la inversa, la composición química de la planta puede influir en el micobioma.
Los micobiomas del cannabis y el cáñamo se distinguen por dónde se encuentran en las plantas y si causan daños visibles o no.
A. Las epífitas residen y crecen en el interior de los tejidos de las plantas y pueden causar o no síntomas.
B. Los endófitos residen dentro de los tejidos de las plantas sin causar síntomas visibles.
C. Los fitopatógenos causan síntomas visibles y enfermedades.
La composición de este micobioma puede verse influenciada por el genotipo de la planta huésped, la etapa de crecimiento de la planta, el entorno externo y las prácticas utilizadas durante la producción. El micobioma floral de las plantas de cannabis y cáñamo es importante porque:
- Puede afectar a la calidad del producto final.
- Puede tener un impacto en la salud del consumidor.
- Puede plantear desafíos regulatorios.
En las inflorescencias del cannabis puede ocurrir un crecimiento visible de hongos antes o después de la cosecha. Si los cogollos del cannabis se secan correctamente, se impide el crecimiento de la mayoría de hongos.
Las especies de hongos y levaduras que se han encontrado en el cannabis y el cáñamo se pueden reducir:
- Durante el cultivo. Con estrategias como alterar las condiciones ambientales, reducir la HR, mejorar la circulación del aire, o cuidar las plantas por parte de los trabajadores.
- En postcosecha. Según el método de corte, la duración del secado, el contenido de humedad final o el método de almacenamiento, la duración y la temperatura.